La construcción de una casa conlleva siempre una serie de planteamientos desde el punto de vista de la persona o personas que van a habitarla: desde elegir el lugar donde se va a pasar los futuros años, hasta el mobiliario, pasando por otras decisiones que suponen verdaderos quebraderos de cabeza para el comprador o compradores: hipotecas, escrituras, notarios…un cúmulo de trámites y decisiones que, por otro lado, bien lo merecen.
Si bien la elección de nuestro hogar perfecto puede suponer cierto estrés, hay elecciones que nos gusta tomar y que afrontamos con ilusión: este es el caso de la estética que queremos que nuestro futuro hogar posea, lo que transmita y nos transmita, las sensaciones que queremos que desprenda. En este sentido, la elección de los colores que predominen es fundamental, ya no solo de puertas para fuera sino en su interior, lugar en el que vamos a desarrollar nuestra vida.
En La Paloma Cerámicas poseemos una amplia gama de modelos de ladrillo pertenecientes a diferentes líneas; sabemos de la importancia del color a la hora de transmitir sensaciones y crear ambientes, y queremos cada hogar posea un carácter definido a través de ellos.
¿Tanto importa el color del ladrillo a la hora de construir una casa?
La respuesta es sí. El estudio de la percepción en cuanto al color resulta trascendente a la hora de plantear el diseño en disciplinas como el arte o la arquitectura.
Los colores están cargados de connotaciones que se manifiestan a través de ideas y sentimientos, y que pueden resultar diferentes e incluso opuestos dependiendo de uno u otro: asociación involuntaria o cultural, la realidad es que un color nos puede transmitir una sensación concreta, en la mayoría de casos compartidas en el imaginario colectivo.
El blanco en ambientes livianos y sosegados
A nivel técnico, el blanco supone la fusión de todos los colores en uno solo, y posee connotaciones asociadas a la luz, la pulcritud, la calma…Resulta un lienzo perfecto sobre el cual presentar elementos que generen contraste, pues se trata de un color generoso que cede el protagonismo a los demás con los que se combina, pero que resulta fundamental a la hora de entender todo el conjunto, con las posibilidades a nivel de diseño que ello genera. Además, el blanco genera espacio y crea ambientes livianos y agradable.
White Line: partir de la tierra para conseguir un producto extraordinario
Resulta paradójico partir de la tierra para elaborar un producto de la más alta sofisticación y en cuyo proceso, además de un escrupuloso cuidado, interviene las más alta tecnología, pero solo así se puede elaborar un ladrillo de baja porosidad y altamente resistente como el Gres Klinker que fabricamos en nuestra fábrica de Segovia; en esta planta castellanoleonesa llegamos a producir hasta medio millón de ladrillos White Line diariamente, una producción que se adapta a la alta demanda que de ellos recibimos desde todos los rincones del mundo.
Los ladrillos Gres White Line se elaboran a partir de diferentes tipos de arcilla y su recorrido en la planta de producción llega a durar hasta 96 horas; la respuesta a cómo se consigue su característico color reside en la temperatura (de 1.175ºC a 1.230ºC según el modelo concreto) a la que es sometido.