Hace un par de semanas nos visitó el programa “Hecho en Castilla y León” para conocer nuestra fábrica en Otero de Herreros. Allí conocieron el proceso que sigue la arcilla desde su extracción, hasta su transformación en un ladrillo terminado listo para la construcción.
La ubicación en la cual establecimos nuestra sede en Segovia, es la de una antigua fábrica de loza que data del año 1898, la cual adquirimos en 1990.
Otero de Herreros, un lugar especial
En la periferia de Segovia, podemos encontrar unos tipos de arcilla muy concretos que aportarán características muy diferentes al ladrillo, tanto a nivel estructural como estético.
Este tipo de arcillas nos permite fabricar el ladrillo de gres Caravista, que se caracteriza por su bajísima absorción y que, al ser de gres, tiene un acabado extremadamente vitrificado. Esto le confiere al material una excepcional resistencia.
Pioneros en automatizar procesos de fabricación
La fábrica de Otero de Herreros es la primera fábrica ladrillera de España que adaptamos a la ingente demanda de ladrillo. De ahí la implementación de la presencia de robots en la cadena de producción. Esta decisión llegó casi de forma imperativa, puesto que el desarrollo de productos adaptados a las nuevas tecnologías nos hace creadores de aproximadamente 500 modelos de ladrillo diferentes.
Gracias a ello, gozamos de una capacidad productiva de medio millón de piezas al día que distribuimos tanto a nivel nacional como internacional.
Compromiso con la preservación de espacios y la cultura
El incesante avance de I+D+i, nos ha permitido competir con empresas de todo el mundo por la adjudicación de diferentes proyectos.
Entre estos proyectos, se encuentra el de la acometida de la rehabilitación del Santo Sepulcro en Jerusalem. Para ello, debimos de fabricar ladrillos de la misma forma en que se hacía hace más de dos mil años; toda una experiencia que merece, sin duda, cada segundo de esfuerzo dedicado a ello.