Nos encanta el ladrillo, sus resultados en construcción da lugar a fachadas de cine. Es cómodo, estético, eficaz y versátil y por ello es uno de los materiales más presentes del ámbito doméstico. Además, este clásico de la construcción tiene más años que Nefertiti. Sin exageraciones, el ladrillo es más que un material con historia, hablamos de uno de los productos más antiguos del mundo.
Sus orígenes son polémicos, y, aunque muchos señalan que su origen se encuentra en Oriente Medio, hay evidencia de ladrillos de la Antigua Babilonia, donde los adobes ya se hasta se decoraban. La evidencia más temprana en España se encontró en Levante y se corresponde con fecha cercana al año 9000 a.C. (en aquella época no globalizada llamada paleolítico)
Aún así, podríamos decir que desde el principio de los tiempos el ladrillo ha sido un material global. El ladrillo llegó y se estableció como la manera más adecuada para construir nuestras viviendas. Estas primeras viviendas, aunque al principio eran de materiales menos duraderos que los de hoy, sirvieron para comenzar a resguardar a los hombres de todo el mundo en casas resistentes a los agentes externos, y les permitió además construir templos y monumentos que han durado hasta día de hoy.
Allí donde hubiera arcilla, e históricamente con mayor tendencia en zonas próximas a ríos o llanuras aluviales, los hombres convirtieron el ladrillo su mayor refugio. Así, el material ha sido consolidado como el preferido de muchos a lo largo de los siglos y en todas las zonas del mundo, aunque destaca el aprecio que tienen por él en zonas del norte de Europa como los Países Bajos, Alemania, Gran Bretaña, donde se utilizaba de una manera muy característica en edificios domésticos y en sus remarcables palacios y castillos.
Los más populares durante mucho tiempo, sobretodo en las poblaciones rurales y en los países en vías de desarrollo, fueron los ladrillos toscos y rugosos, aunque a día de hoy, la modernidad de las técnicas nos permite seleccionar múltiples y diferenciadas variedades de ladrillos adaptados al estilo de construcción que mejor se adapte a tu vivienda, como la gama de ladrillos Caravista, las fachadas ventiladas Frontiss Brick, la característica estética del Jerusalém o las ventajas del Termoklinker. El ladrillo, un material con historia y futuro.